sábado, 12 de marzo de 2016

miércoles, 9 de marzo de 2016

Empacando los Tereques - La mudanza parte I

Oh Dios, la mudanza! Estuve 2 meses recogiendo, empacando, botando y vendiendo.  Soy amante a las manualidades y había designado un cuarto de mi apartamento en Puerto Rico como mi cuarto de manualidades o “Scraproom” como le llamábamos.  El que me conoce sabe que este cuarto si que era el de los tereques!

boricua en austin

Empacar este cuarto fue toda una misión.  Recluté a mami, a mi suegra y a mis hermanas.  Vendí, regalé y boté cosas que ni se imaginan.  Y con todo y eso, terminé trayendo 7 cajas de cosas de ese cuarto. 

Marido se había llevado la consola de juegos con él en el avión, dizque “pa’ no aburrirse”. (Tan aburrido estaba que encontré la consola en la misma caja en la que la trajo, jajaja!)  También llegó a Texas con la bicicleta y 3 maletas.  Mientras, yo me quedaba empacando el resto de nuestra vida.

Busqué estimados con las varias compañías de mudanzas en la Isla:  La Rosa del Monte, Monti, Pan American, y Capitol entre otras.  Me cotizaron desde $2,500 hasta $10,000 por una mudanza SIN muebles. Qué qué????  Eso es así, vendí mis muebles en Puerto Rico y básicamente solo me traía cajas con ropa, ropa de cama, utensilios de cocina y por supuesto, mis cositas del “Scraproom”.  No traje mesas, ni sofás, ni camas.  Finalmente nos decidimos por Monti quien cobró $25 por caja. (Sobre Monti les cuento en otro post.)

Les digo que la oficina de Monti en Puerto Rico es súper amable y diligente.  Me trataron con mucha cordialidad, y la vendedora fue tremenda.  Vino a mi casa, cotizó la mudanza y me dieron el estimado.  Con un tiempo de llegada a Texas de 6 a 8 semanas.  Basado en eso, coordiné mi viaje de ida, para no estar tanto tiempo sin mis cosas ni las de mis mascotas.  Tuve que decidir qué iba en las cajas, y qué en las maletas.  Compré un bulto para mi gatita, y mi suegra me regaló el kennel del perro.  Compré pasajes para todos, perro, gata y para mí, hice citas con el veterinario, y me senté a hablar en serio con mi jefa.  Tantas cosas por hacer!

Tenía 1 mes para empacar y venderlo todo.  Ah, y necesitaba alquilar el apartamento; necesitaba un inquilino.  No íbamos a poder pagar la hipoteca en Puerto Rico y la renta en Texas... Comencé a desesperarme y otra vez recurrí a Abuelita y su San Judas Tadeo.    

Marido ya estaba en Texas en su nuevo trabajo.  Yo solita con todo este revolú!  Descubrí que llevaba décadas, sí, décadas, guardando papeles… Dios Santo tantos papeles!!!  Estuve todo mi tiempo libre, por 2 semanas corridas, triturando papeles.  2 semanas!  Llenaba bolsas y bolsas de picadillo de papeles.  Conté 12 bolsas antes de perder la cuenta…  Bolsas grandes negras - de esas que se usan para los trabajos del patio o construcción - bolsas regulares de basura, bolsas del colmado… Horas y horas triturando papel.  Es tanto así, que volví a ver Orange is the New Black season 1, 2 Y 3 mientras trituraba papeles. 

Encontré cajas que no había abierto en años llenas de recuerdos.  Encontré un viejo collar de Timi, cartas que me había escrito mi papi cuando era pequeña, fotos, y decenas de tonterías que tenían algún significado especial.  Así mismo como me encontraba esta memorabilia, la iba colocando en otras cajas, para que me acompañaran a mi nueva vida. 


Pasaron las semanas y llegó el día del recogido de la mudanza.  Mi padrastro fue de gran ayuda organizando las cajas en 1 solo cuarto y numerándolas.  Cada caja tenía número, el cual iba en una libretita con la descripción de lo que había en esa caja.  Este sistema fue de gran ayuda al momento de desempacar.  Si no lo hubiera hecho así, no hubiese podido desempacar tan rápido como lo hice.  Con un marcador negro, le ponía número a cada caja por los 4 lados y la parte de arriba.  De esa forma, no importa como estuvieran acomodadas las cajas, encontraría lo que necesitaba en un minutito.



En total fueron 42 piezas, y a excepción de los televisores, el mueble que me había hecho mi papá de regalo de bodas y una mesita de sala que nos había regalado mi suegra, no nos llevamos ningún mueble.  10 años en 42 cajas.  Una vida en 42 cajas.  Como les dije, muchas cosas las regalé o vendí y otras tantas las repartí entre mami, mis hermanos, abuelita y las tías.

2 semanas antes de mudarme definitivamente para Austin, quedé con mi apartamento vacío.  Un silencio ensordecedor y una tristeza profunda.  Sin Marido que me comfortara.  Esa primera noche, acostadita en el mattress de aire, con mi perrito acurrucadito a mi lado, lloré por la incertidumbre, por lo mucho que iba a extrañar a mi Islita, a los míos,y por la vida que dejaba atrás.



martes, 1 de marzo de 2016

El Pollo Frito de Gus's



Gus's Fried Chicken Austin

Unas cuantas semanas luego de mudarnos para Austin, tuvimos la oportunidad de irnos de janga a Downtown, cerca de la 6th Street.  Unos muy buenos amigos de Marido estaban de visita por estos lares, y decidimos salir a darnos unos drinks y cenar Downtown.  Ese día, visitamos a Gus's "World Famous" Fried Chicken.  Nos reíamos, pues el pollo era tan famoso alrededor del mundo, que nunca habíamos oído hablar de él.


El restaurante estaba lleno a capacidad.  Habían familias, parejas, amistades.  Nos dio una vibra relax, y luego de una corta espera, nos sentaron en una mesita apretujada entre las tantas mesas del local.  Lo primero que pedimos fueron unas cervecitas para ir entonando.

Lo primero que pedimos fue cervecita
Luego pedimos nuestra orden de pollito… pechugas, alitas, muslitos… con papas majadas, macarrones con queso, habichuelas… mmmm, todo sonaba súper rico.  Estábamos súper deseosos de probar este pollo de fama mundial.  ¡Se nos hacía la boca agua!

Mi pollito con arrocito y repollo
Al primer ñaqui… ¡fuego!!!  Fuego en la lengua, los cachetes, el paladar, la nariz, los ojos… hasta por los oídos salía fuego.  ¡Este pollo sí que pica! Estaba cocinado a perfección, con un sabor riquísimo y un cuerito bien tostao… ¡pero coño el pique!

Nadie nos dijo que este pollo picaba.  Ni mucho menos que picaba así de mucho.  “¡Otra cerveza, por favor!”, era lo que se oía de nuestra mesa.  No sabíamos si tomar agua, cerveza o las dos a la vez.  El pollo tenia rastros del pique bieeennn adentro hasta el hueso.  ¡Pero qué rico estaba!

Nos reímos montones, mientras estos 4 jíbaros comían la comida más picante que jamás hubiéramos probado.  Nos bajaba el sudor, tosíamos y hasta los mocos se nos salieron.  Pero no podíamos dejar de comer de lo rico que estaba.  Imagínate que, con tanto pique, hasta el frío se nos fue; salimos del restaurante sin abrigos, bufandas, ni guantes.  Teníamos calor.  ¡Estábamos hirviendo por dentro!

Marido y yo en Gus's
El resto de la noche la pasamos súper.  Caminamos por la 6ta, bebimos, vimos a un hombre meterse en una maleta, y a otra, andar por ahí sin camisa; con las tetas al aire.  Poco a poco se nos fue el sabor de pique de la boca, y la pasamos de show.

De más está decirles que nuestra aventura pollística nos mantuvo en la casa el resto del weekend…