¡Hola!
Mi nombre es Issys y soy
una Boricua en Austin. Apenas llevo unos meses aquí, y he aprendido
muchísimo en estos meses. ¡Esto ha sido toda una aventura! Y quiero
compartirla contigo.
Marido y yo somos dos
profesionales. Llevamos 5 años de casados y no tenemos hijos, excepto los
de 4 patas, Casper y Bess.
Éramos una familia de 2
sueldos. En marzo 2015 nos fuimos a unas
muy buenas merecidas vacaciones para California. Marido llevaba más de 2 años sin unas vacaciones;
llegamos descansados y felices. 2
semanas más tarde, BAM! a Marido lo despiden de su trabajo. Sin razones
ni motivos... pero esa es otra historia.
Marido comenzó a buscar
trabajo. Resumé tras resumé y las semanas pasaban... Pasamos de ser una
familia con 2 sueldos, a una de un solo sueldo. Y acabando de llegar de
viajes, los ahorros eran escasos y hubo que hacer ajustes. Ajustes
severos. Había que pagar la luz, el agua, la hipoteca y el mantenimiento.
El teléfono no sonaba... nadie llamaba con ofertas de empleo. No
emails, ni mensajes... Así, pasamos largas semanas en la búsqueda de trabajo
para Marido. Hasta que él decide que había llegado el momento de intentar
encontrar trabajo fuera de Puerto Rico.
Me negué a irme
rotundamente. "Toda nuestra familia, amigos y vida, se encuentra
aquí", protesté. Y qué de eso, si de repente, como por arte de
magia, comenzaron a llegar las ofertas de empleo de diferentes partes de
Estados Unidos. Empleos que le ofrecían casi el doble de lo que ganaba en
la Isla. Empleos con beneficios, empleos sin ellos. Empleos a medio
tiempo, empleos a tiempo completo. Así es que, sin más, comencé a
contemplar la idea de irme; sacamos la calculadora y comenzamos a analizar
objetiva y financieramente este asunto de mudarnos.
Google se convirtió en mi
mejor amigo. "Cuánto es el tax en tal o cual sitio?", era una
de las búsquedas más frecuentes que hacía. "Cuánto se paga de luz,
de agua, de mantenimiento, de renta..." Pasaba todo mi tiempo libre
haciendo research, pidiendo información, escribiendo libreta tras libreta. Marido comienza a estudiar online para poder
aumentar sus posibilidades de una buena posición en Texas.
Sí, Texas fué el estado
que decidimos. Teníamos conocidos allí, no se paga impuesto estatal, solo
federal y el "sales tax" es el 8%. Puedes escoger tu compañía
de electricidad, de agua y gas, y no pagas más de 9 centavos por kilovatio... La gasolina es barata, casi no neva y en 6
horas estás de nuevo en la Isla. Texas
era el lugar para comenzar una nueva vida. Descubrí que si busco pasajes
con tiempo, los consigo por $300 o menos ida y vuelta a Puerto Rico. Mi búsqueda en Google cambió a "Cuánto
es el costo de vida en Texas?"
A principio de julio,
Marido recibe una oferta de empleo que le requiere viajar para una entrevista.
Lo echamos a la suerte pues si no le daban el trabajo, el costo del
pasaje era dinero perdido. Así es que le encomendé a Abuelita que le
prendiera par de velas a San Judas Tadeo, y a to’ los Santos, Marido empacó una
maleta y viajó a su entrevista. ¡Increíblemente el mismo día le dieron el
trabajo! Cuando en Puerto Rico se tardan
meses, (sí, meses) en darte una entrevista, y ofrecerte el trabajo. Cuando me llamó para decirmelo, en su voz
había una mezcla de emoción e incertidumbre. Quizás no esperaba que le dijeran
tan rápido... supongo que por su mente pasó algo como "y ahora qué?"
De pronto la cosa se puso
seria: él tenía que estar en Austin para principios de agosto, o sea, 3 semanas
más tarde. ¡Se formó el corre-y-corre! Empacas todas tus cosas, o
solo algunas? Dónde vas a vivir en lo que encontramos una casa? De
dónde vamos a sacar los chavos para todo esto??? Pasaba días sin dormir, no hablábamos de otra
cosa que no fuera la mudanza.
Gracias a mis suegros que nos ayudaron, y a
un poquito de lo que quedaba en nuestros ahorros, Marido llegó a Austin el 28
de julio de 2015. A comprarse un carrito viejito que le permitiera
comenzar a trabajar y a vivir en una habitación de un hotelillo en lo que
nuestras amistades podían albergarlo. Mientras, yo quedaba solita en
Puerto Rico, hundiéndome en un mar de cajas, polvo y recuerdos, al tener que
empacar 10 años de vida en par de meses... ¡Qué tostón!
Me tardé casi 2 meses en empacar todo nuestro
hogar de Puerto Rico. Diligencias, tras
diligencias; rogándole al Cielo que me dejaran relocalizarme en mi
trabajo. Diciéndole adiós a todo lo
amado.
Cómo lo hice? Eso lo compartiré
poquito a poquito; no fue fácil, pero no fue imposible. Llegué a Austin en
septiembre, con el resto de nuestra pequeña familia; cansada, pero feliz de
estar por fin en los brazos de mi amado.
Te has relocalizado? Cómo fue esa
experiencia? ¡Compártela en los comentarios!