viernes, 12 de febrero de 2016

La decisión de mudarnos

¡Hola!

Mi nombre es Issys y soy una Boricua en Austin.  Apenas llevo unos meses aquí, y he aprendido muchísimo en estos meses.  ¡Esto ha sido toda una aventura!  Y quiero compartirla contigo.

Marido y yo somos dos profesionales.  Llevamos 5 años de casados y no tenemos hijos, excepto los de 4 patas, Casper y Bess. 

Éramos una familia de 2 sueldos.  En marzo 2015 nos fuimos a unas muy buenas merecidas vacaciones para California.  Marido llevaba más de 2 años sin unas vacaciones; llegamos descansados y felices.  2 semanas más tarde, BAM! a Marido lo despiden de su trabajo.  Sin razones ni motivos... pero esa es otra historia.

Marido comenzó a buscar trabajo.  Resumé tras resumé y las semanas pasaban... Pasamos de ser una familia con 2 sueldos, a una de un solo sueldo.  Y acabando de llegar de viajes, los ahorros eran escasos y hubo que hacer ajustes.  Ajustes severos.  Había que pagar la luz, el agua, la hipoteca y el mantenimiento.  El teléfono no sonaba... nadie llamaba con ofertas de empleo.  No emails, ni mensajes... Así, pasamos largas semanas en la búsqueda de trabajo para Marido.  Hasta que él decide que había llegado el momento de intentar encontrar trabajo fuera de Puerto Rico.

Me negué a irme rotundamente.  "Toda nuestra familia, amigos y vida, se encuentra aquí", protesté.  Y qué de eso, si de repente, como por arte de magia, comenzaron a llegar las ofertas de empleo de diferentes partes de Estados Unidos.  Empleos que le ofrecían casi el doble de lo que ganaba en la Isla.  Empleos con beneficios, empleos sin ellos.  Empleos a medio tiempo, empleos a tiempo completo.  Así es que, sin más, comencé a contemplar la idea de irme; sacamos la calculadora y comenzamos a analizar objetiva y financieramente este asunto de mudarnos.

Google se convirtió en mi mejor amigo.  "Cuánto es el tax en tal o cual sitio?", era una de las búsquedas más frecuentes que hacía.  "Cuánto se paga de luz, de agua, de mantenimiento, de renta..."  Pasaba todo mi tiempo libre haciendo research, pidiendo información, escribiendo libreta tras libreta.  Marido comienza a estudiar online para poder aumentar sus posibilidades de una buena posición en Texas.

Sí, Texas fué el estado que decidimos.  Teníamos conocidos allí, no se paga impuesto estatal, solo federal y el "sales tax" es el 8%.  Puedes escoger tu compañía de electricidad, de agua y gas, y no pagas más de 9 centavos por kilovatio...  La gasolina es barata, casi no neva y en 6 horas estás de nuevo en la Isla.  Texas era el lugar para comenzar una nueva vida.  Descubrí que si busco pasajes con tiempo, los consigo por $300 o menos ida y vuelta a Puerto Rico.  Mi búsqueda en Google cambió a "Cuánto es el costo de vida en Texas?"

A principio de julio, Marido recibe una oferta de empleo que le requiere viajar para una entrevista.  Lo echamos a la suerte pues si no le daban el trabajo, el costo del pasaje era dinero perdido.  Así es que le encomendé a Abuelita que le prendiera par de velas a San Judas Tadeo, y a to’ los Santos, Marido empacó una maleta y viajó a su entrevista.  ¡Increíblemente el mismo día le dieron el trabajo!  Cuando en Puerto Rico se tardan meses, (sí, meses) en darte una entrevista, y ofrecerte el trabajo.  Cuando me llamó para decirmelo, en su voz había una mezcla de emoción e incertidumbre.  Quizás no esperaba que le dijeran tan rápido... supongo que por su mente pasó algo como "y ahora qué?"

De pronto la cosa se puso seria: él tenía que estar en Austin para principios de agosto, o sea, 3 semanas más tarde.  ¡Se formó el corre-y-corre!  Empacas todas tus cosas, o solo algunas?  Dónde vas a vivir en lo que encontramos una casa?  De dónde vamos a sacar los chavos para todo esto???  Pasaba días sin dormir, no hablábamos de otra cosa que no fuera la mudanza.

Gracias a mis suegros que nos ayudaron, y a un poquito de lo que quedaba en nuestros ahorros, Marido llegó a Austin el 28 de julio de 2015.  A comprarse un carrito viejito que le permitiera comenzar a trabajar y a vivir en una habitación de un hotelillo en lo que nuestras amistades podían albergarlo.  Mientras, yo quedaba solita en Puerto Rico, hundiéndome en un mar de cajas, polvo y recuerdos, al tener que empacar 10 años de vida en par de meses... ¡Qué tostón!

Me tardé casi 2 meses en empacar todo nuestro hogar de Puerto Rico.  Diligencias, tras diligencias; rogándole al Cielo que me dejaran relocalizarme en mi trabajo.  Diciéndole adiós a todo lo amado.

Cómo lo hice?  Eso lo compartiré poquito a poquito; no fue fácil, pero no fue imposible. Llegué a Austin en septiembre, con el resto de nuestra pequeña familia; cansada, pero feliz de estar por fin en los brazos de mi amado.

Te has relocalizado? Cómo fue esa experiencia? ¡Compártela en los comentarios!